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Historia de los mundiales: Uruguay 1930

01-01-2023

¿Por qué Uruguay?

La designación de la sede de la Copa del Mundo de 1930, estuvo marcada por la polémica. FIFA decidió que el primer mundial de la historia sea disputado en Uruguay, en el marco de la celebración del centenario de la Jura de su Constitución. Este no era el único motivo: el seleccionado uruguayo se había llevado las últimas dos medallas de oro en fútbol.

Esta decisión molestó principalmente a Inglaterra. Los inventores del juego no daban crédito a las noticias: era impensado que el campeonato mundial debutase en otro lugar que en las islas. Así que, indignados, declinaron la invitación a participar.

Pero Inglaterra no fue el único ausente: a causa los tiempos y costos implícitos para llegar al continente, muchas selecciones anunciaron que no participarían. Desde Europa apenas llegaron cuatro: Francia, Rumania, Bélgica y Yugoslavia. Así, la convocatoria no alcanzó los dieciséis participantes que esperaban y debieron resolver el certamen con trece selecciones.

Un mundo repleto de noticias

En 1930, mientras se concretaba la idea de una Copa del Mundo de fútbol, el planeta andaba en otras cosas: La economía global aún no se hacía recuperado de la Gran Depresión del año anterior y, en Argentina, las consecuencias del cimbronazo en Wall Street se traducían en una inflación récord. Para la época en la que se disputó el mundial, la conspiración contra el presidente Hipólito Yrigoyen estaba a punto de convertirse en Golpe de Estado.

En Estados Unidos la Ley Seca se acercaba a su fin. Tras diez años de prohibiciones, los impulsores de la ley habían aceptado el fracaso: no sólo el consumo no había cesado, sino que la mafia gozó de una década dulce monopolizando el circuito clandestino de alcohol en el país. Los estertores de la Ley Seca la llevarían hasta finales de 1933 cuando finalmente perdió su vigencia.

Pero el hecho más notable del año tuvo lugar en India, donde Ghandi promovió la Marcha de la Sal. El imperio británico había prohibido a los habitantes de la India producir su propia sal y le había aplicado un impuesto a la actividad. Los ciudadanos desafiaron a la autoridad llenando cuencos de agua salada para luego dejarlos secar. Cuando el virrey vio que la resistencia era tan masiva, debió retroceder. La Marcha de la Sal fue un hito clave para la revolución india

La Selección, en el ocaso del amateurismo

En 1930, el fútbol argentino vivía su último año de amateurismo. Lo que a esas alturas ya era irreversible, terminaría concretándose en 1931: el fútbol comenzaría su era profesional, que perdura hasta estos días.

En cuanto al seleccionado, Argentina llegaba en un momento casi inmejorable. Se había obtenido el subcampeonato en los Juegos Olímpicos y el campeonato en la Copa América; el combinado nacional era candidato.

La Selección Argentina estaba encabezada por Francisco Carlos Pancho Olázar, una gloria de Racing, que en su etapa de jugador fue el corazón del equipo que consiguió el heptacampeonato 1913-19 en la Academia.

Olazar tenía a su disposición veintidós jugadores, todos ellos del fútbol local- algo que por estos días parece increíble- con presencia de algunos clubes como Estudiantil Porteño, Talleresde Remedios de Escalada, Sportivo Barracas y Central Norte de Tucumán.

La figura de Argentina era Guillermo Stábile, a quien le decían El Filtrador, por su capacidad de escabullirse entre los defensores. En Uruguay, Stábile fue goleador con ocho tantos y terminó de consagrarse como uno de los futbolistas más importantes del mundo, lo que lo propulsó a Europa, donde jugó en Italia y Francia.

Argentina compartió grupo con Francia, Chile y México. La Albiceleste ganó sus tres juegos: derrotó 1-0 a los franceses, 6-3 a México y 3-1 al combinado trasandino. Así, consiguió acceso a la semifinal, donde goleó por 6-1 a Estados Unidos.

En la final, Argentina se encontró con Uruguay para protagonizar un partido que se perdió en sus anécdotas. Existen numerosas versiones alrededor del juego, que finalizó 4-2 a favor de los uruguayos: algunos dicen que Uruguay ganó bien, con autoridad, quizás con demasiada vehemencia, pero en regla. Pero muchos otros afirman que Argentina, tras ganar 2-1 en el entretiempo, cedió el partido a causa de las amenazas de muerte recibidas. Esta versión se construye alrededor de declaraciones como la de Fernando Paternoster, defensor central argentino, que dijo en el descanso: “Mejor que perdamos, si no aquí morimos todos”.

Uruguay en su época de oro

Independientemente de la bruma que cubre la final, Uruguay fue un campeón absolutamente merecido. El proceso que vivió el fútbol uruguayo por aquellos años, les dejó las medallas de oro de París 1924 y Ámsterdam 1928 y tuvo su corona con la Copa del Mundo.

Comandados por José Nasazzi, capitán y figura excluyente del combinado uruguayo, el equipo dirigido por Alberto Suppici, integró un grupo de tres equipos, que compartió con Rumania y Perú. La Celeste derrotó a Perú por la mínima y luego goleó 4-0 a los rumanos. Previo al partido por el título, Uruguay vapuleó 6-1 a Yugoslavia.

Gardel, presente en la final

La Copa del Mundo de 1930 dejó algunas curiosidades para destacar. José Leando Andrade, gloria del fútbol uruguayo, gestor de las medallas de 1924 y 1928, estuvo presente en el equipo que dirigió Suppici y era el tío de Víctor Rodríguez Andrade, que se consagró campeón con Uruguay en 1950.

Uruguay, además, contó con Héctor El Manco Castro, delantero que militaba por aquellos años en Nacional y cuyo apodo no tenía doble sentido: había perdido replica watches la mano con una sierra cuando tenía 13 años. Es el único registro de esta índole en Copas del Mundo.

Por último, Carlos Gardel, ícono del tango de todos los tiempos, estuvo presente en la final y pasó por los dos vestuarios, lo que aporta algo más de duda a la eterna discusión acerca de su origen.